De los escenarios a los sabores del mercado
Paquita la del Barrio fue una figura central en la vida de Paco Torres, quien durante años actuó como su mánager y confidente. Con la muerte de la cantante el pasado 17 de febrero, no solo se apagó una voz emblemática de la música mexicana, sino que también comenzó una nueva etapa para quienes compartieron su camino.
Un giro inesperado
Lejos del brillo de los reflectores y los escenarios, Paco Torres ha sido visto nuevamente, pero en un lugar inesperado: un mercado popular en la Ciudad de México. Desde hace cuatro meses, su rutina se ha transformado completamente. Ahora, su día a día gira en torno a la venta de gelatinas, aguas frescas y postres caseros, en un modesto pero simbólico puesto al que llamó “El Rincón del Inútil”.
El reencuentro con sus raíces
Fue a través de un video difundido por la periodista Matilde Obregón que la historia salió a la luz. En la grabación, Torres aparece sonriente, sirviendo a los clientes, rodeado de fotografías junto a celebridades como Marco Antonio Solís, Pepe Aguilar y el grupo Moderatto.
“Lo he hecho con mucho amor. Aquí tengo 30 años. Ahora vienen personas que conocí de niños, y llegan con sus hijos”, comentó Paco, visiblemente conmovido. Su conexión con el mercado es profunda, ya que fue allí donde trabajó desde niño, mucho antes de entrar al mundo del espectáculo.
Una vida entre recuerdos y sabor
Aunque su vida fue transformada por el éxito junto a Paquita la del Barrio, Paco Torres nunca olvidó sus orígenes. “Un día estaba en los premios, y al otro ya estaba vendiendo gelatinas”, contó con franqueza. Hoy, esa dualidad se refleja en cada detalle de su negocio, donde la nostalgia y la identidad se entrelazan en cada vaso y cada porción.
Más que una historia de cambio
La nueva etapa de Paco no ha sido motivada por la necesidad, sino por una decisión consciente de volver al origen, de reconectarse con lo que alguna vez fue. Su historia se ha convertido en un ejemplo de humildad, gratitud y dignidad, especialmente tras la partida de su gran amiga y compañera.
En medio del bullicio del mercado, el legado de Paquita la del Barrio sigue presente, no solo en canciones, sino también en la vida de quienes caminaron a su lado.